Ingrato Recuerdo.

El tiempo se habia acabado, era ya tarde y estaba lejos de casa. (*)
Salí hacia la pista, el frio invadió mi humanidad, y sabia que algo andaba mal, no debí comprar esa paparellena con ají al gusto a la tia de afuera, sabia que hasta mi casa, me separaba muchas cuadras, y lo avanzado de las horas, me imaginaba lo peor.
Vi con melancolia los micros que pasaban llenos, llenos de gente que calientitos se ivan a sus hogares, llenos, incomodos, pero felices, sabiendo que tenian al menos unos reales en el bolsillo, sabia que tarde o temprano tenia que comenzar a andar, pero no me movia del paradero, hasta que vi prenderse los postes de luz, y todo acabo, todo el ensueño, y partí.
Comenzé a movilizarme con paso apurado, luego me entretuve pasando mi mano por las paredes lleno de polvo negro, las pista se hacia interminable, crucé varias vias rápidas, varios semáforos, grupos de personas, carros a toda velocidad, y tambien se pasó el tiempo, y como habia pensado, ya era de noche. Traté de no asustarme con la posibilidad de que me cayera una paliza al llegar a mi casa, pero la paparellena de la tia ...
Como ustedes saben, la av argentina es una avenida desolada, donde las fabricas con sus enormes muros, y entradas negras, lo hace tétrico, pero no pensé en nada cuando caminada por esos lugares mal iluminados, solo paladeaba el sabor a aji fuerte de la paparellena, sabia que me iva a caer mal.
Lo unico que me acuerdo, es que esquivaba en vano los chicotazos despiadados de mi mama, molesta y asustada por lo que habia hecho, me lo dijo cara a cara y llorando ella, que nunca lo vuelva hacer, eran las 9 de la noche, luego me bañó y me hizo rezar el padrenuestro en lo claroscuro del cuarto de todos, yo hice ruegos que aquello era la ultima vez que hacia llorar a mi mama, y la ultima vez que le compraba la paparellena a la tia de afuera, la ultimita.
No cumpli mi promesa, le hice llorar otra vez, cuando me fui de casa, pero aquella es otra historia ingrata que algun dia relataré a golpe de las 2 de la mañana, cuando los sentimientos de culpa no me dejen dormir.

(*)sacado de un hecho real.