Lo que Sangra (La Cupula)

Hay una perrita Siberiana perdida por mi casa, y esta en celo.
Esta flakita, y casi ciega, los vecinos de alrededor, le dan de comer, pero ella prefiere la basura, prefiere el suelo, o el parque, antes que un trapo que le pusieron para dormir, parece que ya no le interesa nada de este mundo, se mete con cualquier perro, lo seduce, y luego le hace el amor.
Se parece mucho a un ser humano, no tiene nada que perder, y sus orejas triangulares, buscan algun sonido que le guie por las calles, su hocico busca olores conocidos. Una noche lá ví con su caravana de perros sedientos de amor, todos ellos golpeados, chancados, arrechos, se parece a una historia conocida en algun bar de bajos fondos, donde las meseras - prostis, son cotizadas con navajas y puñetes.
Es curioso, pero lo que me obligó a escirbir esto, es un perrito negro, chuzco de alma, infradesarrollado, pequeño, de grandes orejas y de verga prodigiosa, es el novio de la siberiana, el perrito en cuestión, gotea por ella, ella no le da bola, pero la sigue a pesar que otros perros le triplican en tamaño, es increible que pueda hacerle el pare, que pueda auyentar a un pitbull de cabeza de león enorme, y que a pesar de los mordiscos, golpes y privaciones de comida, siga con su fantasias eroticas, a pesar que si lo logra, solo le haria el amor a la pierna de la siberiana.
Ahora esta durmiendo.
Es increible como nos parecemos a los perros, es increible que el instinto saque a relucir esas fuerzas desconocidas, sobreperrunas, y que sobreviva para contarlas.
Es mi heroe.